Es importante saber que es posible ejercer un estilo de disciplina basado en el uso de normas y límites que ayude a niños y niñas a vivir en sociedad y, al mismo tiempo, respete su integridad psicológica y emocional. Es necesario comprender por fin, que para educar no se requiere un uso desmedido de la autoridad, sino un adecuado equilibrio entre la firmeza para poder normar, y sobre todo el cariño de los padres, madres y/o adultos para educar y criar desde el amor y el respeto.El aprendizaje de Normas y Límites en los primeros años de vidaSi pensamos en la necesidad del Buen Trato en las relaciones entre los adultos y los niños y niñas, vemos que las normas y los límites aportan enormemente a mejorar la convivencia y son herramientas necesarias para resolver los conflictos que puedan presentarse en la crianza.Aceptar los límites y normas que exige la sociedad no siempre es una tarea fácil. Pero ¿qué pasaría si los límites y normas no existieran? La respuesta es clara: vivir en comunidad sería un tremendo caos. Si para los adultos resulta difícil respetar las normas como cruzar con luz verde o dar el asiento a personas discapacitadas físicamente, es necesario tener en cuenta que para los niños y niñas puede ser aún más difícil debido a características propias de la etapa vital que viven: la existencia de un pensamiento egocéntrico: “yo primero, yo segundo, yo tercero…” y la necesidad de gratificación inmediata que se observa en el deseo de conseguir lo que desean “aquí y ahora”: “¡quiero el dulce ya!”.Los niños y niñas, como todas las personas, son amantes de la libertad y por ello, “quisieran hacer siempre lo que quieren”. Pero cuando hacer lo que quieren puede hacerles daño a ellos mismos o a otros, es necesario que los adultos intervengan, y una forma de hacerlo constructivamente es a través de la enseñanza adecuada de normas y límites. En la medida que niños y niñas las conozcan e internalicen tempranamente, les será más fácil desenvolverse socialmente en el jardín, en su hogar y en su comunidad. Incluso, para niños y niñas pequeños las normas y límites son una necesidad de desarrollo y es deber de los adultos responsables satisfacerlas, con la finalidad de que puedan convivir adecuadamente en sociedad.¿Cuáles son las normas más importantes en los primeros años de vida?Las normas más importantes en la primera infancia, de 0 a 6 años de edad, se relacionan con la hora de levantarse y acostarse, los horarios de comida, la formación de hábitos, el tiempo que se dedica a la televisión, los programas que ve, las obligaciones de cada uno y los permisos.
La recomendación más importante para padres, madres, educadores y/o cuidadores es mantener el autocontrol emocional al momento de disciplinar o corregir un comportamiento. La rabia del adulto impedirá una experiencia positiva de aprendizaje para el niño (a). Mantener la paciencia es vital.
Es importante comunicar al niño (a) por qué son importantes las normas: para sentirse mejor, tener amigos (as), aprender a cuidarse, jugar y pasarlo bien, etc.
Frente a una situación de conflicto, se recomienda evitar desgastarse en largas explicaciones que intenten convencer al niño o niña. Bajo estas circunstancias se corre el riesgo de perder autoridad, a la vez que uno se expone a perder la paciencia y también el control.
La conversación ocasional sobre temas relacionados con la disciplina, por ejemplo “por qué no es bueno ver más de una hora de televisión al día”, puede ser hecha en momentos tranquilos y de calma, de modo que el niño esté de buen ánimo y dispuesto a comprender razones.
Explicar razones cuando un niño (a) está enojado puede ser incluso contraproducente. Posiblemente el niño (a) no esté escuchando los mensajes del adulto.
Es necesario comenzar poco a poco, haciendo un trato con los temas fundamentales. Para estar seguro/a que el niño o niña ha comprendido lo que se espera de él, es bueno preguntarle en forma de juego “a ver si te expliqué bien ¿cuál es nuestro trato?”
Intentar cumplir los acuerdos lo más rigurosamente posible. Por ejemplo, si acordaron que la hora de dormir es a las 9:00 hrs, y el niño/a no desea hacerlo, de manera tranquila y serena los padres u otros adultos cuidadores deben insistir, aunque el niño(a) reclame.
La recomendación más importante para padres, madres, educadores y/o cuidadores es mantener el autocontrol emocional al momento de disciplinar o corregir un comportamiento. La rabia del adulto impedirá una experiencia positiva de aprendizaje para el niño (a). Mantener la paciencia es vital.
Es importante comunicar al niño (a) por qué son importantes las normas: para sentirse mejor, tener amigos (as), aprender a cuidarse, jugar y pasarlo bien, etc.
Frente a una situación de conflicto, se recomienda evitar desgastarse en largas explicaciones que intenten convencer al niño o niña. Bajo estas circunstancias se corre el riesgo de perder autoridad, a la vez que uno se expone a perder la paciencia y también el control.
La conversación ocasional sobre temas relacionados con la disciplina, por ejemplo “por qué no es bueno ver más de una hora de televisión al día”, puede ser hecha en momentos tranquilos y de calma, de modo que el niño esté de buen ánimo y dispuesto a comprender razones.
Explicar razones cuando un niño (a) está enojado puede ser incluso contraproducente. Posiblemente el niño (a) no esté escuchando los mensajes del adulto.
Es necesario comenzar poco a poco, haciendo un trato con los temas fundamentales. Para estar seguro/a que el niño o niña ha comprendido lo que se espera de él, es bueno preguntarle en forma de juego “a ver si te expliqué bien ¿cuál es nuestro trato?”
Intentar cumplir los acuerdos lo más rigurosamente posible. Por ejemplo, si acordaron que la hora de dormir es a las 9:00 hrs, y el niño/a no desea hacerlo, de manera tranquila y serena los padres u otros adultos cuidadores deben insistir, aunque el niño(a) reclame.
Acoso Escolar, (Bullyng):
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es la emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. La intimidación, el comportamiento agresivo que se muestra entre estudiantes puede durar semanas, meses, e incluso años.El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar. “Lo más sorprendente de todo es cuánto temor hay allí en las escuelas… como buenos soldados, [estudiantes] controlan sus temores, vivos con ellos y se ajustan a ellos. " Ese comportamiento de intimidación al que tanto les gusta a los que lo practican puede ocurrir en cualquier parte de las escuelas.
¿Cómo poner en práctica un estilo de disciplina Bien Tratante?
Ser papá, mamá o adulto responsable del cuidado y crianza es sin duda una tarea maravillosa, pero al mismo tiempo puede resultar difícil y agotador
Lo importante es que en los momentos de
tensión los adultos logren controlarse emocionalmente
y piensen que siempre será mejor evitar
el maltrato y desarrollar
comportamientos bien tratantes a través
del cariño y uso apropiado de las normas y límites, si lo
que realmente desean es criar y cuidar a niños y
niñas más felices.
Lo importante es que en los momentos de
tensión los adultos logren controlarse emocionalmente
y piensen que siempre será mejor evitar
el maltrato y desarrollar
comportamientos bien tratantes a través
del cariño y uso apropiado de las normas y límites, si lo
que realmente desean es criar y cuidar a niños y
niñas más felices.
El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.1Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad. Los que hostigan a otros se pueden sacar por cómo actúan y uno los puede reconocer por cómo se ven. Hay diferentes tipos de personas que practican la intimidación a otros. Los seguros son los que intimidan a otros disfrutándose el momento y estando seguro de ellos mismos en todo momento. Otros son los ansiosos que son los que no se concentran en lo que hacen y son menos seguros de ellos mismos.
Increíble, soprendente. Me encanta cada cosa que dicen. Excelente trabajo.
ResponderEliminarexcelente
ResponderEliminarmuy cierto todo el tema. las felicito
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